Tolhuin I

Y al fin pudimos seguir viaje rumbo al sur...

A pocos kilómetros de Río Grande se encuentra Tolhuin. Un pueblo mágico que nos esperó con una bonita vibra y mucha paz. Quisimos dar unas vueltas por el pueblo y sin querer terminamos frente al lago Fagnano. Pasamos la noche ahí y charla que charla se nos hicieron las 6 de la mañana así que en un momento nos ganó el sueño y al rato nos despertamos pensando que habíamos dormido poco pero era casi el medio día. Caminamos un poco por el borde del lago y decidimos ir hasta la oficina de información turística para averiguar sobre la forma de hacer el taller.

 ¡Menuda sorpresa nos llevamos cuando en el camino al centro del pueblo vimos todo blanco por la nieve!
Resulta que nevó toda la noche y como estábamos al lado del lago, allí no pasó nada. Cami no conocía la nieve y yo muy poquito así que frenamos para jugar un rato (que lindo sería que todos los adultos recuperemos la capacidad de jugar sin pensar en el "Qué dirán") y entonces descubrí lo que era conducir en el hielo/nieve.

Fuimos a la panadería tan famosa y dejamos nuestro calco pegadito en la puerta de vidrio junto a un montón de otras pegatinas de viajer@s. Compramos dos facturas y nos regalaron un montón de pan!!!
Eran como las 16 horas cuando nos dirigimos a información turística y la señora que atiende nos aconsejó muy amablemente que bajemos lo mas rápido posible porque "los días están cada vez más complicados" entonces decidimos seguir hacia Ushuaia y luego pasar un par de días en Tolhuin para desarrollar el taller en la escuela. De todas formas seguíamos con el inconveniente de la cadena de nieve que trababa la rueda, así que luego de charlarlo, acordamos pasar la noche en la YPF y al otro día temprano dirigirnos hasta "El Águila", una casa de repuestos de autos que Gabriel Esconjaureguy (un genio, no solo nos ayudó ahí sino que también nos consiguió lugar para dormir en Ushuaia) nos había recomendado ya que su primo Gastón Burnet nos podía dar una mano. ¡Enorme lo tuyo Gabriel!

Al otro día lo  fuimos a molestar a Gastón y justo estaba Javi, un muchacho que con mucha buena onda se ensució para darnos una mano y doblar la chapa de la kombi para que entre bien la cadena. ¡Muchas gracias a ambos por la enorme mano que nos dieron!

Nos alistamos para salir y a las 12:40 ya estábamos en la ruta maravillados por los hermosos paisajes que íbamos descubriendo kilómetro a kilómetro. Las 5 horas que nos llevó llegar a Ushuaia se pueden resumir en tres paradas para sacar fotos, tres veces de poner y sacar cadenas y mucha tensión por manejar en un piso resbaladizo hasta cruzar el enorme cartel que decía: "USHUAIA".

Ahorita me voy a dormir y mañana escribo sobre eso porque es muchísimo y no tengo idea de que manera lo voy a poder transmitir de la manera mas fidedigna posible...
Buenas noches para tuitos y que tengan dulces sueños!!!!