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domingo, 1 de septiembre de 2013

Una familia que rueda

¡¡¡Buenos días gente hermosa!!! Es domingo, el sol está suave y hace un poquín de frió por las 10 de la matina en Bahía Blanca.
Como casi todos los días, amanecí con una gran sonrisa sabiendo que falta un día menos para inciciar mi travesía. Aunque para ser sincero, ya debería estar hablando de NUESTRA travesía. Mucha gente me ha pedido que los lleve desde dentro de la mochila hasta en la guantera. Así que me atrevo a decir que vamos a viajar juntos. Cada experiencia de ahora en mas, va a ser compartida. Ya no me siento solo.
Mientras me preparaba el café, se me vino una canción a la cabeza y me encantaría compartirla con ustedes. Esta canción tiene una historia en mi vida, en mis viajes. Por eso quiero compartirla con todos ustedes.
Ese es el link que lleva a la canción. Antes de mi primer encuentro de mochileros, lo debo haber visto unas quince veces mas o menos jajajaja
https://www.youtube.com/watch?v=-QgBGUDiCns
Quisiera contarles una anécdota. ¿me permiten?
Mis comienzos como mochilero, esos primeros pasos, los hice con Autostop Argentina, el 12 de octubre de 2008 (si bien desde el 2005 viajaba a dedo, no lo hacía desde el espíritu del mochilero). Recuerdo mi primer encuentro de mochileros en "La Dulce" a escasos kilometros de Necochea. Recuerdo que salí de mi casa un viernes a la mañana. Me costó mucho salir del primer punto, hasta que me levantó una camioneta que iba a Pehuen Co (80 km). Luego me enteraría que eran el papá y el hermano de un amigo, Lucio. Me levantó otro auto hasta Dorrego y ahí estuve varias horas esperando, se hizo de noche y me estaba empezando a preocupar pero apareció un camionero que llevaba chatarra y me alcanzó hasta Tres Arroyos. Pasé la noche ahí, acampé al costado de la ruta (bien lejos de la misma). A las 5:30 me levanté y enfilé hacia la banquina para empezar a hacer dedo o autostop. El universo, en una de esas diversiones que tiene para con la gente, me quizo bautizar y largó una lluvia torrencial. Empapado, y gracias a una camioneta y luego un camión, pude llegar a Necochea. ¡Ya estaba a un pasito! Luego de esperar unos 10 minutos en una garita para protegerme del frío, llego una buena familia que me levanto con su Renault 12 azul (creo, confundo los colores) y me dejó en la puerta del camping. Ahí conocí gente maravillosa que me acogió como si fueramos amigos de toda la vida. Debo reconocer que estaba nervioso, calladito y medio apichonado, pero ellos supieron brindarme la mejor onda para que me sienta como entre amigos. Elijo esta oportunidad para decirles GRACIAS a todos los que estuvieron en ese encuentro.

Decidí compartir esto porque cada día me doy cuenta que somos UNA FAMILIA QUE RUEDA. Por mas que no nos conozcamos personalmente aún. Con sus mensajes de apoyo, sus caricias para el alma, ya son parte de este viaje y todos juntos vamos en Yubirí por este mundo utópico.






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