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viernes, 20 de septiembre de 2013

Anoche no me podía dormir. Entonces empecé a pensar en cómo llegué hasta aquí, en los hechos más significativos de mi vida, en mi primer “casi salida” para emprender este mismo viaje (que no sería el mismo, sobre todo porque yo no soy el mismo). También calculé los días que faltan para poner primera, largar lentamente el embrague y acelerar. No puedo decir “para empezar a viajar” porque de una u otra forma ya estoy viajando. Ya estamos viajando.
No puedo saber que va a pasar mañana, ni siquiera en los próximos segundos. En una oportunidad, allí por agosto de 2011 estuve por partir (incluso con el proyecto “Creciendo con Derechos” escrito y publicado).  Soy de los que piensan que si no fue, es porque no era el momento, porque el Universo me tenía preparado otro devenir. Ahora sí, la fecha está dada, los preparativos en marcha. ¡Sé que lo voy a lograr!
Todo pasa por algo. Ese cúmulo de causalidades Borgianas que forman parte del día a día, me van a dejar partir. Libre, sonriente, con los nervios lógicos de… ya saben.
Les dejo unas palabras que escribí en el momento de la “casi salida” que mencioné arriba. Sé que hoy lees esto desde alguna nube.

Ah, para los que esperaban el número: 162

MARTES, 26 DE JUNIO DE 2012


AQUÍ Y AHORA, NADA MAS.


"He sido un hombre afortunado en la vida: nada me fue fácil"
                                                                                                                 Sigmund Freud.

Me decido a escribir… ¡Por fin! Era hora ¿Cuándo es hora?
La mirada perdida (o encontrada) en un pastito que no deja de moverse por un incesante viento juguetón que lo hace bailar de aquí para allá. El cielo está despejado y el sol bien arriba pero así y todo no calienta lo suficiente. Vuelvo a mí, al papel. Una mano fría que toma la lapicera con fuerza. Debo explicar y afrontar lo que hasta ahora estaba evitando.
Volví a abrir el blog que contiene, que explica mi “sueño de vida” luego de mucho tiempo (resoplo); Aquí voy.
El año pasado, días antes de iniciar el viaje, tuve una noticia muy fuerte, negra, dura. Una enfermedad terminal (prefiero evitar nombrarla) estaba alojada en el cuerpo de alguien importante en mi vida. Meses después, la muerte (demasiado conocida para mí), volvió a visitar a mi familia terminando de desbaratarla. Muchas veces no somos conscientes de lo corto que es este viaje, de lo único que es. Por supuesto que cuando me enteré del estado de esta persona decidí posponer el viaje, dejando de lado todo lo relacionado al mismo.
Además de cuidar a esta persona, intenté aprovechar el tiempo para culminar algunos asuntos pendientes. Mientras pasaban los días y la vida seguía transcurriendo, me sucedieron cosas importantes como el poder ingresar al curso de payamédico. Entre tanto, como dije antes, esta persona dejo de sufrir, y se fue. Y yo me quede aquí. Entre el estar y el ir. Atónito, en medio de una especie de letargo del que creo estar despertando nuevamente, y ahora escribo aquí (vuelvo a…) pensando en retomar el camino que había dejado de lado. Me miro al espejo, de cerca, al centro de los ojos y veo a otra persona, no soy el mismo. Admito que me hostigan algunos miedos y preocupaciones pero pronto me reconozco en la esencia y lo entiendo. Todos vamos mutando, día a día. Con los golpes, caricias, sonrisas, gruñidos, guiños, nos olvidamos de nosotros mismos sofocados por la vorágine del ritmo diario y de pronto dejamos de preguntarnos (si es que alguna vez lo hicimos) ¿Quién soy? ¿A dónde voy? ¿Soy feliz? En ese momento todo vuelve a tener sentido. No hago futurología y sinceramente no se que va a pasarme mañana pero estoy decidido a luchar por mi sueño e intentar llevar adelante mi tan preciado viaje. Tal vez esto que pasó, esta pausa,  me sirvió para tomar distancia y ver desde otra perspectiva lo que quiero hacer con mi vida, con mi tiempo. Puedo sacar en limpio que hoy por hoy cuento con herramientas que quizá me sean útiles en algún momento.
Pido disculpas por no haberme animado a escribir antes. Tal vez por vergüenza de no haber podido iniciar aún el viaje, tal vez por cierta autoexigencia de que me salga todo bien y según lo previsto, no se. Lo que se es que en este momento, en este lugar, vuelvo a sentir la necesidad, las ganas de ser ese viajero de un mundo utópico que tantas noches soñé y que seguramente en algún momento dejará de ser utópico, que el mundo se modificará de tal forma que no será necesario tal titulo sino un simple “viajero del mundo”.

Es importante para mí, agradecer todos los mensajes que recibí de amigos y gente que ni siquiera conozco personalmente dándome apoyo (por mucho tiempo no entré en el facebook y estaba lleno de munditos, personitas y mensajitos rojos).
Disculpen mi tardanza, gracias por la paciencia y pensé en pedir perdón por lo personal de este mensaje pero creo que al que le molestó o no le interesó simplemente debe haber dejado de leer. Gracias.
Leopo. 

martes, 10 de septiembre de 2013

Esos amigos de lo ajeno

Me decidí a escribir luego de varios días. Ha pasado mucha agua bajo el río y considero que es un buen momento para sentarme a dibujar letras. 
Son muchas las cosas que deseo contar así que allí voy.
Empiezo por el final que no es final, sino principio.
El sábado a la noche intentaron entrar a robar en el departamento que habito. No se si por fue por azar o porque creían que tengo dinero para hacer este viaje. 
Para los interesados o curiosos, les cuento que si creen que tengo dinero, están bastante equivocados. El viaje, como todo en la vida, lo hago a pulmón. Voy a ir ejerciendo mi profesión y vendiendo artesanías (si es que se pueden llamar así por lo precarias que son por el momento).
Por lo cual, no tiene mucho sentido que entren a robar, porque sinceramente se van a enojar por la decepción. De hecho, les voy a contar por si aún no me creen. No tengo televisor, ni equipo de música, ni ipod, ni nada robable, ya que no me interesa tener esas cosas.
Por supuesto que ya puse a salvo las dos plantas con las que vivía y mis libros, no por temor a que los roben sino porque tal vez los estropean cuando se enojen. 
Luego de estar bastante molesto por lo que sucedió, recordé que hay que mirarle el lado positivo a todo, al menos intentarlo. Pensando y pensando, comprendí que me vino bien este "intento" de robo, porque pude apreciar ciertos aspectos. Entre ellos, el no tener esas "cosas caras" que nos atan y quedamos presos de su cuidado, pagando durante mucho tiempo o con el temor abrumador a ser robados. Otro de los aspectos positivos, fue recordar lo que amo los libros y las plantas. El extrañarlos, me da la opción de valorarlos aún mas. 

A modo de tomarlo con una sonrisa, preparé el siguiente cartel para poner en mi puerta.

Sr. Ladrón: No espere encontrar mucho porque la verdad, no hay nada "robable". Yo le avisé, luego no se enoje.
Si aun así decide entrar, mientras intenta romper la puerta le cuento un chiste para que no se aburra.
Entra un playmovil a un bar y dice:
-Cantinero deme una copa
-¿Qué bebida quiere?
-Da igual, si total la voy a tirar por la espalda.
Bueno, ahora que estamos distendidos. ¿Me puede ayudar a pagar las expensas por favor? Deje el dinero sobre la mesa.

¡Gracias!

Bueno, me despido con un sabor muy dulce, sabiendo que vamos por más y que si hacemos bien las cosas, nada malo nos puede pasar. 
Agradezco muchísimo a todas las personas que me escribieron ni bien se enteraron y todo el apoyo y buena onda que recibí.
¡Salud y a brillar!

Leopo.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Extrañar. Ser. Estar.

Me dispongo a escribir unas lineas en un día que no viene siendo el mejor. Cachetada, cachetada...
Por supuesto que las cosas que creemos graves, preocupantes o las catalogamos como meros problemas, vistas desde una perspectiva algo lejana son pequeñeces. Sin ir más lejos, está el caso de Nick Vijicic que publiqué esta mañana temprano en la página de facebook. Aún así, hay veces que las fuerzas empiezan a flaquear. Entonces es donde aparece la familia, los amigos o la gente común que tiene pilas y buena onda para brindar desde el corazón.
Hoy extraño a mi madre. Miro la última foto que me tomé con ella y me lleva a extrañarla más. Hace ya 17 años que no está conmigo y en muchas ocasiones se me hizo cuesta arriba. No se puede vivir del pasado y creo que es bueno tener el valor de pedir ayuda, un abrazo, una caricia. También hoy por hoy tengo el honor de ser tío de tres hermosos sobrinos que son la luz de mis ojos. Ellos tienen la capacidad de hacerme sonreír con un simple gesto. Sé que este viaje por momentos va a ser duro . Sobre todo cuando me encuentre lejos de las personas que amo y de quienes tengo la certeza de saber que son una red (como ellos también saben que pueden contar conmigo en todo lo que necesiten). ¡Lo que voy a extrañar!
Entonces me pregunto. ¿y qué va a pasar cuando esté lejos de lo que queda de mi familia y de mis amigos? Bueno, ahí sé que va a aparecer la gente común. El desconocido que está deseoso de brindar la palmada, el abrazo o la oreja. Recién hablaba con una muy buena amiga y decíamos que en el ser humano se puede confiar. No son todos iguales. Hay gente envidiosa, maliciosa, egoísta. Es verdad, pero son los menos. Sigo luchando por creer en este mundo de iguales, de sonrisas, de buenas acciones.
Yo apuesto por el ser humano, el tiempo después dirá.







lunes, 2 de septiembre de 2013

Y llegó

Suena el timbre.
Atiendo.
Del otro lado una voz dice "Cartero".
Bajo rápido las escaleras con una sonrisa bien grande sabiendo, o al menos imaginando que es lo que trae este buen hombre.
Firme, aclaración y número de documento por favor.
Gracias, que tenga buen día!
Subo con un sobre marrón en mis manos.
la sonrisa sigue intacta, de esas que hacen doler los cachetes.
De un lado: Leopoldo Palomeque, bla bla bla.
Del otro: Mercedes Sabbi.
Corto con mucho cuidado un extremo del sobre y ahí está.
El libro que da un comienzo ineludible a este sueño, a esta aventura, a este proyecto de vida.
Sopa de estrellas versa el título en letras amarillas en un fondo azul cielo.
Yo y mi libro. Mi libro y yo. El libro con el que le doy comienzo a "CreSiendo con Derechos".
Una dedicatoria preciosa me va a acompañar hasta que vuelva con el libro ajado de tanto uso.
MUCHAS GRACIAS MERCEDES SABBI!!!
Muchas gracias por la dedicatoria, por el libro y por haber tenido la capacidad artística de escribir un cuento tan bonito. Gracias también a Luciana Fernandez por tan lindas ilustraciones.
Venía empezando.
Ahora se que ya empezó. 
El viaje ya inició.
Gracias.



Estas cosas motivan, claro que motivan

Estoy aún en casa, pero a la vez moviéndome. Y me muevo con ustedes, gracias a ustedes. Cada vez que prendo la computadora, tengo muchos mensajes de aliento, preguntas, consejos...
Esta mañana amanecí con un texto de Galeano que me envió Enrique desde California, Estados Unidos.
Ahora lo comparto con ustedes. ¡Muchas gracias Enrique!

La utopía

Qué tal si deliramos por un ratito
qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia
para adivinar otro mundo posible

El aire estará limpio de todo veneno que no provenga
de los miedos humanos y de las humanas pasiones

En las calles los automóviles serán aplastados por los perros
la gente no sera manejada por el automóvil
ni será programada por el ordenador
ni será comprada por el supermercado
ni será tampoco mirada por el televisor

El televisor dejará de ser el miembro más importante de la familia
y será tratado como la plancha o el lavarropas

Se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez
que cometen quienes viven por tener o por ganar
en vez de vivir por vivir no más
como canta el pájaro sin saber que canta
y como juega el niño sin saber que juega

En ningún país irán presos los muchachos
que se nieguen a cumplir el servicio
sino los que quieran cumplirlo
Nadie vivirá para trabajar
pero todos trabajermos para vivir
Los economistas no llamarán nivel de vida al nivel de consumo
ni llamarán calidad de vida a la cantidad de cosas
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas
Los historiadores no creerán que a los países les encanta ser invadidos
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas

La solemnidad se dejará de creer que es una virtud
y nadie nadie
tomará en serio a nadie
que no sea capaz
de tomarse el pelo

La muerte y el dinero perderán sus mágicos poderes
y ni por defunción ni por fortuna
se convertirá el canalla en virtuoso caballero

La comida no será una mercancía
ni la comunicación un negocio
porque la comida y la comunicación son derechos humanos

Nadie morirá de hambre
porque nadie morirá de indigestion

Los niños de la calle no serán tratados como si fueran basura
porque no habrá niños de la calle
Los niños ricos no serán tratados como si fueran dinero
porque no habrá niños ricos
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla
y la policía no será la maldición de quienes no puedan comprarla

La justicia y la libertad, hermanas siamesas condenadas a vivir separadas
volverán a juntarse bien pegaditas espalda contra espalda

En Argentina las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental
porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria

La santa madre iglesia corregirá algunas erratas de las tablas de Moisés
y el 6to mandamiento ordenará festejar el cuerpo

La iglesia dictará tambien otro mandamiento que se le había olvidado a Dios:
amarás a la naturaleza de la que formas parte

Serán reforestados los desiertos del mundo
y los desiertos del alma
Los desesperados serán esperados
y los perdidos serán encontrados
porque ellos se desesperaron de tanto esperar
y ellos se perdieron por tanto buscar

Seremos compatriotas y contemporáneos de todos los que tengan
voluntad de belleza y voluntad de justicia
hayan nacido cuando hayan nacido
y hayan vivido donde hayan vivido
sin que importen ni un poquito las fronteras del mapa ni del tiempo

Seremos imperfectos
Porque la perfección seguirá siendo
el aburrido privilegio de los dioses
pero en este mundo
en este mundo chambón y jodido
seremos capaces de vivir cada día
como si fuera el primero
y cada noche
como si fuera la última.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Una familia que rueda

¡¡¡Buenos días gente hermosa!!! Es domingo, el sol está suave y hace un poquín de frió por las 10 de la matina en Bahía Blanca.
Como casi todos los días, amanecí con una gran sonrisa sabiendo que falta un día menos para inciciar mi travesía. Aunque para ser sincero, ya debería estar hablando de NUESTRA travesía. Mucha gente me ha pedido que los lleve desde dentro de la mochila hasta en la guantera. Así que me atrevo a decir que vamos a viajar juntos. Cada experiencia de ahora en mas, va a ser compartida. Ya no me siento solo.
Mientras me preparaba el café, se me vino una canción a la cabeza y me encantaría compartirla con ustedes. Esta canción tiene una historia en mi vida, en mis viajes. Por eso quiero compartirla con todos ustedes.
Ese es el link que lleva a la canción. Antes de mi primer encuentro de mochileros, lo debo haber visto unas quince veces mas o menos jajajaja
https://www.youtube.com/watch?v=-QgBGUDiCns
Quisiera contarles una anécdota. ¿me permiten?
Mis comienzos como mochilero, esos primeros pasos, los hice con Autostop Argentina, el 12 de octubre de 2008 (si bien desde el 2005 viajaba a dedo, no lo hacía desde el espíritu del mochilero). Recuerdo mi primer encuentro de mochileros en "La Dulce" a escasos kilometros de Necochea. Recuerdo que salí de mi casa un viernes a la mañana. Me costó mucho salir del primer punto, hasta que me levantó una camioneta que iba a Pehuen Co (80 km). Luego me enteraría que eran el papá y el hermano de un amigo, Lucio. Me levantó otro auto hasta Dorrego y ahí estuve varias horas esperando, se hizo de noche y me estaba empezando a preocupar pero apareció un camionero que llevaba chatarra y me alcanzó hasta Tres Arroyos. Pasé la noche ahí, acampé al costado de la ruta (bien lejos de la misma). A las 5:30 me levanté y enfilé hacia la banquina para empezar a hacer dedo o autostop. El universo, en una de esas diversiones que tiene para con la gente, me quizo bautizar y largó una lluvia torrencial. Empapado, y gracias a una camioneta y luego un camión, pude llegar a Necochea. ¡Ya estaba a un pasito! Luego de esperar unos 10 minutos en una garita para protegerme del frío, llego una buena familia que me levanto con su Renault 12 azul (creo, confundo los colores) y me dejó en la puerta del camping. Ahí conocí gente maravillosa que me acogió como si fueramos amigos de toda la vida. Debo reconocer que estaba nervioso, calladito y medio apichonado, pero ellos supieron brindarme la mejor onda para que me sienta como entre amigos. Elijo esta oportunidad para decirles GRACIAS a todos los que estuvieron en ese encuentro.

Decidí compartir esto porque cada día me doy cuenta que somos UNA FAMILIA QUE RUEDA. Por mas que no nos conozcamos personalmente aún. Con sus mensajes de apoyo, sus caricias para el alma, ya son parte de este viaje y todos juntos vamos en Yubirí por este mundo utópico.